¿Cómo nos afecta el calor?

Como nos afecta el calor?

¿Cómo nos afecta el calor?

Las temperaturas en nuestro país siempre han sido elevadas en esta época del año, pero recientemente han ido aumentando de manera alarmante y nos hemos visto en situaciones de verdadero calor que es fácil que nos afecten. Sabemos que este calor tiene muchas consecuencias a nivel físico: desde dolores de cabeza, posibles síncopes, agotamiento y falta de energía hasta sudoración y dermatitis. Vigilar estos síntomas físicos y no exponernos a las horas de máximas es importante para protegernos. Pero ¿cómo nos afecta a nivel psicológico las elevadas temperaturas?

Sabemos ya que mente y cuerpo no son dos entidades separadas sino que están en continua interacción y que ambos se influyen mutuamente. El calor supone una condición de riesgo para nuestro cuerpo que afecta a cómo nos sentimos. Este activa nuestro sistema nervioso, el cual responde generando adrenalina ya que está programado para responder a las amenazas de una manera automática. Esto nos puede llevar a sentir más ansiedad y estrés, dado que nuestro cuerpo se activa de una manera primitiva. Dentro de esto nos podemos sentir con cambios de humor: enfadados, más susceptibles de lo normal, agresivos o frustrados. Sobre todo, porque es una condición externa sobre la que poco podemos hacer salvo refugiarnos en lugares que estén a menos temperatura. No es algo que podamos manipular o cambiar. Si tenemos que salir a la calle porque tenemos compromisos, responsabilidad o recados, es difícil huir del calor. Esto puede causar una sensación de malestar general que se une al resto de cosas que podemos estar sintiendo en esos momentos, por lo que puede ser un elemento que exacerbe emociones difíciles que ya estaban. Otros síntomas puede ser el insomnio, -el cual también afecta a nuestras emociones-, la falta de atención, somnolencia, aislamiento, desorientación espacio-temporal, cambios de humor y sensación de falta de energía.

¿cómo afrontarlo? Evitando salir a la calle en horas de máximas temperaturas, buscando planes cerca del agua, hidratarse mucho, no hacer actividades físicas cuando esté el sol, consumir alimentos frescos, buscar ventilación, usar protección solar y tener paciencia.  Contemplar las oportunidades que nos da -disfrutar del tiempo en casa, hacer otro tipo de ocio-, de manera temporal. Quejarnos también nos puede ayudar para soltar la tensión y la frustración ¡si es con sentido del humor mejor!

Desde Orukami os mandamos mucho ánimo ¡es la parte mala del verano! Pero hay otras muchas buenas: tiempo de vacaciones, la playa y la piscina, la desconexión y de aprender a lidiar con las cosas que menos nos gustan.

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