La adolescencia: mitos y características

La adolescencia

La adolescencia: mitos y características

La adolescencia es un ciclo vital que supone muchos retos, emociones y situaciones nuevas, tanto para el que lo vive como para su entorno. El niño empieza a convertirse en un adulto y eso conlleva tareas que son muy distintas a las de la infancia. En esta, el niño se enfrenta al mundo a través de los padres -o cuidadores principales- y estos van configurando y ayudando al niño a ser cada vez más autónomo a la vez que se van dando procesos psicológicos básicos como el lenguaje. En la adolescencia, los padres se quedan en un segundo plano -sin perder su importancia, aunque esta no se demuestre de la misma manera- y el adolescente comienza a enfrentarse al mundo de una manera diferente, con sus iguales como compañeros y a través de la exploración.

Hay muchos mitos sobre esta etapa: por ejemplo, que las hormonas se disparan y hacen que “pierdan la cabeza” o se “vuelvan locos”. Es verdad que las hormonas se disparan, pero esto se debe a que el cerebro se está desarrollando y está sufriendo cambios. La mente cambia en lo referente a cómo se recuerda, piensa, razona, la atención o la toma de decisiones. Se da una explosión de crecimiento y maduración – desde los doce años a los veinticuatro aproximadamente – como no se da en otro momento de la vida.

Otro mito es que este periodo solo implica “inmadurez”. Esto se debe a que están viviendo situaciones muy nuevas y cómo responden ante ellas puede no ser entendido por los adultos. Pero, al fin y al cabo, están aprendiendo y hay que darles cierto margen para el error. También están desarrollando aspectos de su personalidad que serán muy importantes en su vida adulta, pero todo eso forma parte de un proceso donde la paciencia es importante. Otro mito es creer que el crecimiento requiere pasar de la dependencia de los adultos a la total independencia. Aunque es cierto que esta última es un impulso fuerte durante esta etapa, los adolescentes se siguen beneficiando de la relación con los adultos y estos son una guía muy importante en su vida – a pesar de que muchas veces rechacen los consejos paternos, hacednos caso, se quedan ahí -.

Los amigos comienzan a formar una parte importante de su vida y los padres se quejan de que ya no quieren pasar tiempo en familia. Este grupo de amigos o las nuevas relaciones que surgen son de especial importancia dado que van ayudando a configurar su carácter y personalidad, tanto por oposición como a través de la experiencia compartida. Poner a prueba sus límites también forma parte de todo esto, y es algo que, comprensiblemente, a los padres les asusta mucho. Los mensajes que reciben por parte de su entorno también son absorbidos aunque parezca lo contrario, por lo que debemos tener cuidado con las etiquetas que ponemos (“es un perezoso”, “es un egocéntrico, solo le importa lo suyo”, etc).

Algunas características de esta etapa son:

  1. Búsqueda de novedades: los circuitos de gratificación comienzan a aumentar por lo que sienten la creciente motivación por experimentar. Desventaja: la búsqueda de sensaciones nuevas y la aceptación del riesgo pueden ponerles en situaciones potencialmente peligrosas. La impulsividad puede convertir una idea en acción sin margen de tiempo para reflexionar sobre las consecuencias. Ventaja: se viven las cosas con mucha pasión e intensidad y esto les puede conectar con el lado positivo de las experiencias y de la vida.
  2. La implicación social. Se van creando nuevas amistades y su importancia comienza a ser más creciente. Desventajas: jóvenes aislados de los adultos y en contacto continuo con iguales pueden cometer más conductas de riesgo. Ventajas: el impulso de conexión social lleva a la creación de relaciones de apoyo que, según prueban las investigaciones, son el mejor indicador de bienestar, longevidad y felicidad a lo largo de la vida.
  3. Aumento de la intensidad emocional. Desventajas: esto puede llevar a cambios de humor bruscos, a cierta irascibilidad o una reactividad excesiva. Ventajas: la vida vivida con intensidad emocional da un sentido de impulso vital y euforia.
  4. Exploración creativa. El nuevo pensamiento conceptual y el razonamiento abstracto permiten cuestionarse las cosas y conectarse con la innovación o estrategias fuera de la norma.

Como menciona Daniel J. Siegel, en su libro sobre la adolescencia, que desde aquí recomendamos, “la adolescencia no es un período de “locura” o de “inmadurez”. Es un tiempo esencial de intensidad emocional, implicación social y creatividad”. Mirarlo desde un enfoque menos negativo nos ayuda a entender que en este periodo también se dan momentos y emociones muy bonitas.

En Orukami ofrecemos terapia infantil y juvenil específica para este periodo, creando un espacio seguro para el adolescente donde se perciba entendido y valorado, algo que todos necesitamos para desarrollarnos con confianza.

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