21 Feb La importancia de la validación emocional en la infancia
La validación emocional es un aspecto fundamental del desarrollo infantil. Se refiere al proceso de reconocer, aceptar y valorar las emociones de los niños como legítimas, sin juzgarlas ni minimizarlas. Este acto, que puede parecer sencillo, tiene un impacto profundo en la salud emocional y psicológica de los niños, ayudándolos a construir una base sólida para su autoestima, sus relaciones interpersonales y su capacidad para afrontar los desafíos de la vida.
Validar las emociones implica escuchar y responder de manera empática a los sentimientos de un niño, transmitiéndole que lo que siente tiene sentido y es importante. Esto no significa estar de acuerdo con todos sus comportamientos, sino ayudarlo a comprender que sus emociones son normales y que está bien sentirlas, incluso si son incómodas como la tristeza, el enojo o la frustración.
Por ejemplo, ante un niño que está molesto porque no puede tener algo que desea, una respuesta invalidante podría ser: “No exageres, no es para tanto”. En cambio, una respuesta validante podría ser: “Entiendo que te sientas triste porque querías eso. Es normal sentirse así cuando no conseguimos lo que deseamos”.
La validación emocional es esencial porque los niños, al igual que los adultos, necesitan sentir que sus emociones son entendidas y aceptadas. Cuando los cuidadores o figuras de autoridad invalidan los sentimientos de un niño –ya sea ignorándolos, minimizándolos o ridiculizándolos–, esto puede llevar a una serie de consecuencias negativas, como: problemas de autoestima, los niños pueden internalizar la idea de que sus emociones no son importantes, lo que puede afectar su confianza en sí mismos. Dificultades para regular las emociones; si los niños no aprenden a identificar y comprender sus sentimientos, tendrán más dificultades para manejarlos de manera saludable y también aumenta el riesgo de relaciones conflictivas dado que la falta de validación emocional puede dificultar el desarrollo de habilidades sociales y de comunicación, impactando negativamente sus relaciones futuras.
Por otro lado, cuando un niño se siente validado, experimenta mayor seguridad emocional porque sabe que lo que expresa es aceptado, aumenta su capacidad de autorregulación (cómo los papás regulen sus emociones será lo que el aprenda a hacer consigo mismo) y afianza su autoestima porque siente que lo que le pasa es importante y es aceptado.
Estrategias para validar las emociones en la infancia
- Escuchar con atención: Presta atención al lenguaje verbal y no verbal del niño.
- Nombrar las emociones: Ayúdalo a identificar lo que siente, por ejemplo: “Parece que estás frustrado”.
- Empatizar y aceptar: Hazle saber que sus emociones son normales, incluso si no estás de acuerdo con la causa.
- Evitar juzgar o minimizar: En lugar de decir “No llores por eso”, intenta: “Veo que esto te pone triste. Estoy aquí para ayudarte”.
La validación emocional es una herramienta poderosa que ayuda a los niños a crecer como adultos emocionalmente saludables y resilientes. Al reconocer y valorar sus sentimientos, les enseñamos que está bien sentir y que las emociones, tanto las agradables como las desafiantes, son parte natural de la experiencia humana. Validar a un niño no solo fortalece su desarrollo emocional, sino que también crea un vínculo de confianza y comprensión que puede durar toda la vida.
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